¿Qué es la conductividad en el agua?
La conductividad es una medida de la capacidad del agua para conducir electricidad, lo cual está directamente relacionado con la presencia de iones disueltos, como sales, minerales y otros compuestos químicos.
¿Por qué es importante monitorear la conductividad en el agua?
Monitorear la conductividad es crucial porque indica la cantidad de sustancias disueltas en el agua. Valores elevados de conductividad pueden señalar la presencia de contaminantes que afectan la calidad del agua y pueden tener efectos negativos en la salud o en los procesos industriales que usan esa agua.
¿Cuáles son los factores que afectan la conductividad del agua?
La conductividad del agua puede verse afectada por:
Concentración de sales y minerales: Un aumento en la cantidad de iones disueltos, como cloruros, sulfatos y nitratos, aumenta la conductividad.
Fuentes de contaminación: Aguas residuales, escorrentías agrícolas, y la presencia de materiales industriales pueden elevar la conductividad.
Temperatura: A mayor temperatura, la conductividad aumenta, ya que los iones se mueven más fácilmente en agua más caliente.
¿Cómo se mide la conductividad en el agua?
La conductividad se mide en microsiemens por centímetro (µS/cm) utilizando un conductímetro, un dispositivo que aplica una corriente eléctrica entre dos electrodos y mide la capacidad del agua para conducir esa corriente.
¿Cuáles son los niveles recomendados de conductividad?
No hay un valor único recomendado, ya que depende del uso del agua:
Agua potable: La Organización Mundial de la Salud (OMS) no establece un límite específico, pero sugiere que el agua con conductividad superior a 400 µS/cm puede tener un sabor salado o desagradable.
Uso industrial: Los niveles varían dependiendo del proceso; por ejemplo, en calderas y sistemas de refrigeración, se requieren niveles bajos para evitar la corrosión y la acumulación de depósitos.
¿Qué implica un valor alto de conductividad?
Un valor alto de conductividad puede indicar la presencia de sales disueltas y otros contaminantes. Esto no siempre significa que el agua es insegura para beber, pero sí sugiere que se debe investigar la causa para asegurar que no haya sustancias nocivas presentes.
¿Cómo se puede reducir la conductividad del agua?
La conductividad del agua se puede reducir mediante procesos de tratamiento como:
Ósmosis inversa: Eficaz para eliminar sales disueltas y reducir la conductividad.
Desionización: Utiliza resinas de intercambio iónico para remover iones disueltos.
Destilación: Evapora y condensa el agua, eliminando la mayoría de los sólidos disueltos.