Amonio

Amonio

¿Qué es el amonio?
El amonio es un compuesto químico que se forma a partir del amoníaco, un subproducto natural que proviene de actividades metabólicas, agrícolas e industriales. El amoníaco puede estar en el agua en dos formas: como amoníaco no ionizado (NH3) o como amonio (NH4+), dependiendo del pH del agua.

¿De dónde proviene el amonio en el agua?
El amonio puede estar presente en el agua debido a procesos naturales, como la descomposición de materia orgánica, o por actividades humanas, como la agricultura intensiva. También puede generarse cuando se utiliza cloramina para desinfectar el agua o cuando se emplean tuberías recubiertas con mortero de cemento.

¿Cuál es el impacto del amonio en la salud?
En las concentraciones normales que se encuentran en el agua potable, el amonio no suele representar un riesgo directo para la salud humana. Nuestro cuerpo puede manejar estas concentraciones sin causar efectos negativos significativos.

¿Cómo afecta el amonio al sabor y olor del agua?
El amoníaco puede cambiar el sabor y el olor del agua, especialmente si las concentraciones son superiores a 1.5 mg/l. Aunque no hay un umbral específico para la salud, concentraciones de amonio de hasta 35 mg/l pueden ser perceptibles al gusto.

¿Qué problemas puede causar el amonio en el tratamiento del agua?
El amoníaco puede reaccionar con el cloro libre en el agua para formar cloraminas, lo que reduce la efectividad del cloro como desinfectante. También puede contribuir a la formación de nitritos y complicar la eliminación de manganeso en los filtros de agua.

¿Qué se recomienda hacer respecto al amonio en el agua?

  • Monitoreo: Es importante controlar los niveles de amonio, especialmente en áreas con alta actividad agrícola o en sistemas que utilizan cloraminas para desinfectar el agua.

  • Tratamiento: Si se encuentran concentraciones altas de amonio, pueden ser necesarios tratamientos adicionales para reducir su nivel y mejorar la calidad del agua.

¿Cuáles son los valores de referencia para el amonio?

  • OMS (Organización Mundial de la Salud): No establece un valor específico para el amonio, pero sugiere mantener las concentraciones bajas para evitar problemas de sabor y olor.

  • EPA (Agencia de Protección Ambiental de EE.UU.): No tiene un límite de concentración específico para el amonio, pero recomienda mantener las concentraciones lo más bajas posible para asegurar la eficacia del tratamiento del agua y su calidad.